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Puestos a especular

Por Miguel Ángel Viso Camenforte

        Especular, según una de las múltiples definiciones de la RAE, es “procurar provecho o ganancia fuera del tráfico mercantil”. La especulación financiera contemporánea es causante en un porcentaje muy elevado de los males económicos actuales, pero si revisamos la Historia observaremos una constante especulación capitalista en su ansia de acumular riqueza, en este caso, sin trabajo ni esfuerzo.

Por ejemplo, ya en el siglo XVII hubo una crisis especulativa en Países Bajos (actual Holanda), uno de los lugares donde antes se desarrollaron formas capitalistas en la economía. Conocida como la crisis del tulipán afectó a los aristócratas que cambiaron sus patrimonios para especular con el valor de los tulipanes, muy de moda en aquel momento, a espaldas del mercado real. En cada transacción los intermediarios subían el precio de estos bulbos basándose en la misteriosa afirmación de: “el precio siempre sube”. De este modo podrían revenderse a un precio mayor del comprado, creando una burbuja especulativa hasta el punto de comprar tulipanes que todavía no estaban plantados. ¡Y voilà! cuando nadie estuvo dispuesto a comprarlos, en 1637, significó la ruina de miles de aristócratas[1].

En el siglo XVIII el propio Isaac Newton, y miles de sus compatriotas británicos, se arruinaron en la conocida como crisis de los mares del sur. Invirtieron sus riquezas en la compañía inglesa que tenía la exclusiva del comercio con las colonias españolas americanas. Después de que se multiplicaran por diez los beneficios especulativos con las acciones de un año, el valor de estas comenzó a hundirse, llegó la crisis y Newton aprendió una lección: “puedo predecir el movimiento de los cuerpos celestes pero no la locura de las gentes”.

La crisis económica especulativa más conocida es la de 1929. El crack de Wall Street de la Bolsa de Nueva York, vino precedido de varios años de bonanza económica y euforia social que formaron la sociedad del consumo. La facilidad de conseguir crédito y la venta a plazos inauguró una nueva burbuja que arrastraba a millones de familias a endeudarse continuamente. La gran novedad es la especulación financiera que desde la I Guerra Mundial se generaliza entre la población estadounidense al comprar bonos para pagar la guerra, a cambio del pago de intereses sobre el valor del bono. Invertir en valores de la Bolsa se convierte en una forma fácil de acumular capital. Después de cinco años de subida, comprar acciones para venderlas por un precio mayor parecía un negocio seguro. Incluso hubo quien pedía préstamos para comprar acciones. Sin embargo, la burbuja estalló en octubre y las trágicas consecuencias son conocidas.

La crisis contemporánea, iniciada en 2007 en Estados Unidos tras pinchar la burbuja de las hipotecas subprime, mantiene muchos paralelismos con el crack de 1929. Entre otros: la concentración de la riqueza y de las rentas en sectores muy minoritarios de la población, la desregulación de los mercados financieros, la regresividad fiscal beneficiando a las grandes fortunas, el desempleo y los bajos salarios[2]. Sin duda, un claro ejemplo de la lucha de clases marxista.

Por tanto, y puestos a especular, las crisis económicas en el capitalismo se convierten en parte del sistema. La especulación forma parte de la esencia capitalista en su aspiración por acumular riqueza a cualquier precio. La desigualdad y el predominio de los intereses financieros de la oligarquía se perpetúan en el tiempo como seña de identidad del capitalismo. Las crisis económicas financieras más potentes sirven para reajustar el modelo político internacional con el objetivo de ampliar las diferencias entre clases sociales. Así pues, la locura de las gentes, que decía Newton, nos acecha detrás de cada burbuja especulativa en formación, en este sistema de brokers, agencias de calificación, bancos de inversión y demás buitres.






[1] KENNETH GALBRAITH, John, El crash de 1929,Ed. Aruek, p. 9, 2009, Madrid.
[2] KITROMILIDES, Yiannis, The 1929 Crash and the Great Recession of 2008: Why the Policy Response Is Different but Not Different Enough, revista Challenge, v. 55, nº 1, 2012 Jan-Feb, p.5 (18) (ISNN: 0557-5132).
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Himnos para borracheras y otras enajenaciones

LOCURA , HAZME AMAR
de forma fiel y desordenada
hazme sentir único en el delirio
longevo de la piel
y la brisa del alma…



…PERO YO YA RUEDO POR UNA NUEVA LOCURA
La anterior voló en el secuestro
voló como bala pájaro
idea de campo abierto



Y PUEDE SER UNA CUESTIÓN DE CEJAS
niveles estrellas casas de paso
extrañamientos discernir verdades puntuales
sorpresas y burla de todo esto.

Puede ser una cuestión de todo el cuerpo
y podría empezar por los pies.



¿MOTIVOS POLÍTICOS PARA ESTAR CONTENTO?
Ninguno o muy pocos.
Las fuerzas revolucionarias
avanzan muy a pasito
y sólo cabe esperar otra desilusión
otro desencanto otra indignación.



NO ESTOY BORRACHO
pero pensaría lo mismo de estarlo.
Echo de menos verdades
tanto como el orujo.



¿Cómo voy a pensar en la muerte
si todavía no sé cuál es mi patria?



INCLUSO A LAS MUJERES LESBIANAS
les atraerá tu ombligo sobao
tu tipazo de efebo griego
tu risa tonta tu buen rollo
tus orejas limpias tus anglicismos



COMO SI NACIERA EL SOL
tras años de total penumbra
las palabras empezaron a manar
sobre las sonrisas de los niños.

Como si naciera el sol, nunca visto
música y llanto celebró el mundo.



YO ERA EL ANIMAL EXHAUSTO DE TUS DIVAGACIONES
aquel que humanamente esperaba la compañía de tu pensamiento
acostados los dos en la misma cama e ideología.



CARRETERAS OSCURAS
donde se secaban los cadáveres
de los jueces de dios.



…ese sol extinto de luz fecundadora…



ANDALUCÍA MUERE EN MIS PALABRAS
cuando el quejío no pasa de ser raíz
cuando no arranco el buen recuerdo
del tallo de una flor.



CADA UNO PLAGIANDO A SU MANERA.
Todos los buenos escribieron
después de los buenos de antaño.
Unos crearon escuela
y otros pasaron desapercibidos.



¿Y si en lugar de volcar en el folio
fuera el folio quien derramara?



TE QUIERO CON OJOS VIVOS.
Te quieren mis ojos vivos.
Te quiero con ojos que estén vivos.
Te quiero con ojos, y si estamos vivos.



SI HACES UN POEMA, QUE TE GUSTE A TI.
Siempre y cuando no te tomes
este aserto a tu conveniencia
magnánimo, pedante y grandilocuente
escritorzuelo…
                        que ya me huelo
                        haréis de estos versos
                        epidemia o academia.



El silencio de algunos sería mejor
que algunos de sus versos.



LA POESÍA ES DERROCHE
de palabras y derroche de silencio.
Lo mismo abundancia que escasez.



Locura es cordura y locura:
la cordura debe estar loca, también.



ME LIO UN CIGARRO
mientras pienso
cómo puede concluir una vida
un poema; sin muertos.



NO A PANERO DEBO MI RUINA:
tan sólo una rima
que aquí termina.



PARA QUÉ ESTÁ HECHA LA POESÍA
si no es para torcer el recto
camino que te lleva al mal
para qué estás hecho tú
si no para contradecir todo camino
recto y cualquiera que incline
tu espalda ante aquellos
que nunca se preguntarán nada
pues es evidente que todo
lo que se inclina a ellos está bien
y no merece pregunta ni cambio.
Esto ha de cambiar y tú con esto.
Yo también pero no aquí
sino en el encuentro carnal
en otro lugar: el apretón de manos…



POR LA PAZ IREMOS A LA GUERRA
y por la revolución haremos reformas.

Por amor odiaremos
y para descansar  trabajaremos.

Para curarnos enloqueceremos
y para creer perderemos la fe.

Para conocer desterraremos la certeza rígida
y para soñar evitaremos las más veces estar dormidos.

Para escribir borraremos versos

y para ser felices haremos el mayor de los esfuerzos.
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La Unión Europea que nos vendieron

Por Eduardo Bueno Vergara

Marzo de 2007. Último curso de la Licenciatura en Historia. Entre las cinco asignaturas que debía completar ese cuatrimestre, figuraba una cuyo nombre no hacía presagiar precisamente toneladas de diversión: Historia de las instituciones de la Europa comunitaria. Sin embargo,  vista en perspectiva, fue muy útil, pues nos enseñó cómo la ideología se cuela sigilosamente en los planes de estudio.

En una de las primeras sesiones, la profesora nos pidió que, de forma anónima, los alumnos respondiésemos a la pregunta “qué es Europa”. La mayoría optó por no calentarse mucho la cabeza (hacía poco que habíamos acabado los exámenes de febrero), de modo que contestaron “Europa es un continente”. Las respuestas parecieron contrariar a la docente, que cada vez las leía con mayor desgana. Sabía que le iba a costar lograr el objetivo de la asignatura que no era otro que vender (sí, “vender”)  a los historiadores del futuro el proyecto de la Unión Europea.

Aquella profesora, que bien podía pasar por una funcionaria de Hacienda de Baviera, tenía como fin último hacernos entender lo importante que era el proyecto de unificación europea. Para ello, la asignatura se había configurado como una sucesión de “conquistas” o logros dentro de un camino que nos llevaba desde la época de las tinieblas posterior a la II Guerra Mundial, a la esplendorosa Eurozona actual. Se nos presentaban una serie de héroes, los padres fundadores (Monnet, Schuman, Adenauer...); un villano que era De Gaulle (y cualquier dirigente contrario a ceder soberanía ante la nueva entidad supranacional), y unos hitos de obligado conocimiento y celebración (la declaración Schuman, los Tratados de Roma, la ampliación a los países del este...). En definitiva, se trataba de una historia whig, positivista y  absolutamente legitimadora del presente, en la que la crítica brillaba por su ausencia.

No menos interesado era el “manual” recomendado en la bibliografía: Historia de la integración europea. Una especie de relato hagiográfico cuya dedicatoria “a los españoles de nuestro tiempo, ciudadanos de Europa”, puede dar una idea de su contenido.

Varios eran los pensamientos que atravesaban esa visión edulcorada de la UE y que se pueden resumir en:

1. Desde la noche de los tiempos, ha existido un espíritu europeísta de unidad.

2. Cuando los territorios europeos han estado organizados mediante estados soberanos, las guerras han sido constantes.

3. Con cada crisis surgida, se ha aprovechado para dar un paso más en la integración. Algo así como una doctrina del shock diplomática.

A las pocas semanas de iniciar la asignatura, la profesora tuvo que abandonar la docencia. Su sustituto continuó el programa de la asignatura marcado (hubiese sido una locura cambiarlo) pero nos confesó que él no hubiese apostado, en ningún caso, por una visión tan parcial y triunfalista de la UE.


En los últimos años hemos podido comprobar que, efectivamente, la UE actual está muy alejada del ideal de un espacio común garante de la paz, la libertad y los derechos sociales que nos quisieron vender. La reciente humillación griega y las oscuras negociaciones sobre el TTIP, certifican el final de un proyecto que ha tenido mucho de propaganda y buenas intenciones y poco de compromiso real con la democracia. Entristece comprobar cómo sigue vigente la  Europa de los mercaderes, la Europa de los Fugger, la Europa de la persecución de la heterodoxia, la Europa sometida a un poder con pretensiones hegemónicas.

La UE diseñada desde arriba mediante la tutela de unas elites económicas ha resultado ser un fracaso. En nuestra mano está proponer un modelo alternativo, construido desde abajo, sobre los cimientos de la fraternidad de los pueblos y el respeto a su soberanía. El colonialismo, aunque sea de baja intensidad, debe ser cosa del pasado.  



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Engullendo miseria

Por Nieves Chocano 




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Cuento asombroso en 10 actos (basado en hechos reales)

Por Berta Echániz Martínez 


  1. Érase una vez una niña que jugaba a ser extraterrestre. De vez en cuando, para no perder la capacidad de sorpresa que tres hadas le habían concedido al nacer, imaginaba que no pertenecía a este mundo y observaba a su alrededor como si estrenara ojos. Cogía algún objeto cotidiano, de esos con los que tropezaba diariamente y lo escudriñaba intentando averiguar qué cosas podía revelarle acerca de la superficie terrestre sobre la que había caído.   

  1. Esa pegajosa mañana se dio cuenta que ya había jugado a dejarse encantar por todos los cachivaches que ocupaban su habitación. Así que, curiosa, pasó al salón donde lo primero que vio fueron una hojas de papel que alguien había dejado arrumbadas tras un cojín. Era el periódico que cada semana leían las gentes de su pueblo y pensó que nada mejor que aquel artefacto para averiguar las esencias de los terrícolas locales. 

  1. Sus manos desplegaron el semanario azarosamente por una de sus páginas centrales, descubriendo las fotos de las que parecían ser algo así como las abanderadas aborígenes. Se las veía contentas, todas esas mujeres jóvenes sonreían y todas ellas vestían unos trajes que almidonaban sus cuerpos, convirtiéndolas en vistosas peonzas de colores. También sus peinados eran iguales: una raya medianera dividía el cabello en dos mitades exactas que atirantaban un moño trasero aderezado con guirnaldas de flores.

  1. Pero en seguida su atención olvidó esas imágenes tan idénticas y reparó en la pequeña reseña que las acompañaba. Junto a sus nombres, alguien había escrito sus edades, sus aficiones, su implicación en lo que la niña marciana presumió sería un jolgorio lúdico-festivo ancestral y, por último, una sucesión de adjetivos que pretendían ser una primera aproximación a las cualidades más relevantes de aquellas mujeres.


  1. En un primer momento pensó que aquel porcentaje de féminas del ignoto pueblo en el que había ido a parar aquel día, eran clones fabricados en serie. No podía ser… casi todas ellas eran… “abiertas y extrovertidas”, daba igual la edad que tuvieran. Pero ¿qué quería decir eso exactamente? Porque algunas, incluso, eran “muy abiertas”, ¿estarían hablando de sus aletas nasales? Claro, que cuando hueles a mierda, se abren (y mucho). Y ¿qué era eso de “extrovertida”?  Echó mano del diccionario que siempre le acompañaba en esos juegos y… “Extraversión: condición de la persona que se distingue por su inclinación hacia el mundo exterior, por la facilidad para las relaciones sociales y por su carácter abierto” Oh nooo, de nuevo esa palabreja: “abierto”. Pero, ¿abierto hacia dónde?, ¿abierto a qué? Ya está –pensó- seguramente estarían a puntico de abrir una tienda de chuches, lo que explicaría que muchas de ellas fueran “dulces”. La niña no entendía nada.

  1. Entonces barajó otra idea. Como muchas de ellas eran “divertidas”, otras tantas “cariñosas” y otras más…

  1. Basta, no aguanto más… ¡A la mierda!  La niña alienígena soy yo. El semanario local es El Raspeig  nº670, del 16 de julio pasado y las citas que recojo pertenecen al especial “Hogueras y Barracas San Vicente 2015”. Sin ánimo de entrar a valorar el engranaje patriarcal de la fiesta y lo que supone en el siglo XXI un concurso femenino de estas características. No porque carezca de opinión o tenga déficit de compromiso social, es una cuestión de espacio físico (si queréis saber qué opino, preguntádmelo) Sólo intentaba usar la ficción para contagiaros mi cara de pasmo, pero -como tantas otras veces- la realidad me ha superado. Por eso ahora os contaré qué me rechinó cuando esa pegajosa mañana leí aquellas páginas:

  1. No me gustó que quien escribiera esta crónica festera empleara un casposo manual de arquetipos para sustentar la retahíla de estereotipos de género que se vierten en ella. Basta de perpetuar modelos de comportamiento androcéntricos de uno u otro sexo, sobre lo que debemos hacer y lo que no, sobre cómo debemos ser y cómo no. En el artículo hay 51 descripciones de mujeres, de edades comprendidas entre los 29 y los 7 años y los adjetivos más usados para trazar sus vagos perfiles son “abierta, extrovertida, cariñosa, tímida, sociable, conversadora…” No y no. No me puedo creer que, entre todas ellas, no hubiera alguna que fuera ambiciosa, dominante, callada, arrogante o irónica.

  1.  Es más, si el problema era el número de caracteres a la hora de la impresión, si lo que se pretendía era salir del paso con tres palabrejas empalagosas y trilladas de cada una de ellas… Por qué no preguntarles por su libro favorito. Porque construcciones culturales añejas de “lo femenino” como estas, se convierten en el revulsivo ideal para cuestionar ciertas verdades que aparecen como tópicas en el imaginario colectivo. Para ello, es necesario apropiarse de la realidad, aunar los esfuerzos por nombrarla, para así poder recuperar y elaborar nuestro propio discurso, sin dejar que otros lo hagan por nosotras.   


10.     Por todo ello, juguemos de vez en cuando a convertirnos en extraterrestres, a desaprender los guiones de un pensamiento pretendidamente dominante, a mostrar nuestra mirada airada ante esa proyectada cotidianeidad femenina, a enseñar nuestros colmillos, a gritar nuestras blasfemias… Porque es un viaje que está ligado a la transformación social que vivimos: capitaneémoslo, compañeras!! 
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