Por Juan Pedro Carretero Fernández
Un dicho popular y sabio dice que de los cuarenta para arriba, no te mojes la barriga, y yo, que ya tengo cuarenta y tres primaveras (a punto de las cuarenta y cuatro), me voy haciendo preguntas un tanto inútiles dado el éxito de las respuestas encontradas y que, a su vez, me imagino también se harán personas con más experiencia en la vida que yo…
¿Qué quiere decir ese ancestral consejo? Sin referirme a la salud, ya que mi padre octogenario tiene una salud de hierro. Ya sé lo que significa este juego de palabras, quiere decir que nuestros antepasados, que ejercían de Nostradamus caseros, intuían en su afán de ser futurólogos, que allá por el año dos mil y poco, en España, unos malvados señores de diferentes colores, algunos -los que menos- con estudios, se iban a encargar de arruinar un país próspero y rico, saqueándolo con malas artes y corrupción política, enriqueciéndose vilmente aprovechándose de la justicia capitalista, campando a sus anchas, despilfarrando y repartiéndose el pastel del tráfico de influencias.
Y sí es cierto que nuestros viejos pudieron vaticinar que los cuarentañeros, que no cuarentones, lo íbamos a pasar muy mal en pleno siglo XXI. Que en el momento que nos quedáramos sin trabajo por esa gran depresión que vendría, y que haría a las empresas soltar lastre, ya nunca podríamos encontrar un empleo, que sería igual de malo para todos los españoles, pero que cuando uno alcanzara los cuarenta, ya no podría nunca más mojarse la barriga, en sentido figurado, pero qué real y crudo a la vez. Creo que tenían razón, cada día estoy más seguro, qué batallas tuvieron que librar nuestros bisabuelos para salir adelante, cuánto sufrimiento y lucha para tener libertades, consiguiendo que sus hijos, nuestros padres, pudieran tener un presente y un futuro, así como nosotros disfrutar de un bienestar social. Pero dicen otros dichos vaya boda sin la tía Juana o ya verás cómo viene alguien y la jode. Me gusta ser optimista y hacer, como Michel de Nôtre-Dame, predicciones anunciadas en el tiempo, creo que el futuro puede ser alentador y nos podremos mojar algo más… los que ya tenemos de cuarenta para arriba.
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