El sofá de Inditex

 Por Miguel Ángel Viso Camenforte


Mejor tomárselo a risa. El pasado domingo 28 de septiembre se emitió en Cuatro una esperada entrevista del publicista Risto Mejide al eurodiputado Pablo Iglesias, en el programa “Viajando con Chester” del canal Cuatro. No voy a analizar la entrevista en su totalidad ni a destacarla desde ningún punto de vista político. Desconozco la ideología del presentador y no conozco sus empresas. Sé, por lo que la televisión nos enseña, que Risto comenzó como jurado en el programa de Tele 5 “Operación Triunfo”, creándose desde el principio una imagen muy definida. Escondido en sus gafas de sol y siempre serio, no dudaba en realizar críticas destructivas que pronto se convirtieron en uno de los ingredientes principales para la audiencia. El Risto de la televisión es un producto publicitario, él mismo lo ha afirmado en varias ocasiones. El Risto personal, íntimo y verdadero no tengo el gusto o disgusto de conocerlo. 

En la entrevista hubo un momento que me llamó la atención de forma airada. Fue la defensa que realizó de los grandes empresarios como Amancio Ortega o Isidoro Álvarez, entre otros, por su capacidad de crear empleo en la sociedad española. ¿Eso es un análisis riguroso? ¿Debemos exigir a los grandes empresarios que creen puestos de trabajo y punto? ¿Las condiciones laborales de dichos puestos no importan? ¿No reformamos el fisco para que estos “peces gordos” de los negocios paguen más impuestos? ¿Acaso no es importante que el Estado ingrese dinero en las arcas públicas de los que más tienen para mantener los servicios públicos de todos? ¿De verdad necesitamos rebajar tanto el nivel moral y la dignidad de la sociedad? Es evidente que esta maldita crisis ha trastocado la sociedad ampliando las diferencias entre los más ricos y el resto, cada vez más empobrecido. La precariedad lleva a amplios sectores de la población a aceptar trabajos rematadamente mal remunerados y con pésimas condiciones mientras los beneficios de los grandes empresarios no dejan de aumentar. Nunca he sido bueno en matemáticas, tal vez por eso me cuesta despejar la incógnita. ¿De verdad un gran empresario como Amancio Ortega merece un trato privilegiado porque crea muchos puestos de trabajo en una crisis en la que su fortuna no ha dejado de aumentar? 

La tan de moda “Marca España” también debe ser esto. Los grandes empresarios nacionales no dudan en beneficiarse de la deslocalización para ahorrarse gastos de producción en países del tercer mundo o en vías de desarrollo, convirtiendo a aquellos trabajadores en los nuevos esclavos del siglo XXI. Del mismo modo, la marca nacional debe ser que estos grandes creadores de puestos laborales no tributen en España para proteger sus imperios en paraísos fiscales. Son los patrioteros de siempre, que nadie se lleve a engaño. Lo que ellos hacen no es salvar a sus compatriotas, no son héroes ni divinidades benefactoras de la sociedad.

Volviendo a la entrevista, debo decir que me llamó la atención que Pablo Iglesias no hablara de esto. Hubiera sido muy sencillo recordar los míseros salarios que, por ejemplo, Inditex paga a las trabajadoras y niños que fabrican la ropa en talleres clandestinos, insalubres e inseguros de La India, Brasil, etc. ¿Ya nadie recuerda aquellos terribles accidentes como el de Bangladesh en abril de 2013? Son miles los muertos en talleres ruinosos que exponen sus vidas por menos de 30 euros al mes y con condiciones propias del siglo XIX. (Artículo de Cristina G. Bolinches, en el diario.es (15/03/2014

No quiero creer que es la forma del ser español. Imaginar que cualquiera de nosotros si estuviésemos en el lugar de estos grandes empresarios, haríamos las mismas prácticas para exprimir al máximo cualquier vía de rentabilidad económica personal, me parece erróneo. La sociedad se está organizando en multitud de plataformas cívicas para cambiar el modelo de país y confío en ese cambio redistribuidor de la riqueza y la justicia social. Y evidentemente, el cambio que necesitamos en la economía debe ir acompañado de un cambio profundo en la ética política y social de los trabajadores y las trabajadoras. Mejor tomarse a risa el comentario de Risto, tal vez fuese irónico o simplemente intencionado para generar polémica y que su producto siga comprándolo la audiencia, pero que nadie se lleve a engaño con estos “grandes de España”.

1 comentario:

  1. Totalmente cierto. Hoy día lo único que parece contar es tener un trabajo aunque prácticamente seas un esclavo y tengas que vivir para el patrón y para el producto que estés creando, ya sea un coche, una programa de tv o un alimento. La empresa para la que trabajes dirige tu vida.

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